Wolf von Appen: un emprendedor ejemplar
“Ser esforzados, trabajar con un buen equipo, ser conservador en los gastos e inversiones y no temer al futuro”, son las premisas con que la familia von Appen ha hecho crecer sus empresas por casi 70 años”, señala Wolf von Appen, director de Noracid y Ultramar, en la entrevista realizada por la revista Punto Norte.
Claro, de pocas palabras y resuelto, explica cuales fueron los mayores desafíos que implicó poner en marcha a Noracid: Nos metíamos en una industria que no conocíamos. Solo sabíamos de cargar el ácido sulfúrico. De su fabricación no teníamos conocimiento. Por eso buscamos ayuda afuera para manejar bien un proyecto de esta magnitud. En Chile no había mucho conocimiento sobre una planta así. La gente experta en ácido sulfúrico estaba ligada a Codelco, pero no eran demasiados. Buscamos a los mejores para hacerlo, pero como pasa en estos proyectos nuevos, las cosas no siempre resultan a la primera, ni todo sale como se ha planificado (refiriéndose a la falla de la caldera de Noracid, que llevó a retrasar en varios meses la puesta en marcha de la planta). Noracid ha asumido con éxito un estilo de administración de gran profesionalismo, impregnando también los valores de su socio ultramarino: integridad, excelencia, pasión y seguridad. Lo interesante es que creo que en gran parte se han tomado estos valores. Noracid destaca, además, por la cercanía con los colaboradores y clientes y lo altamente profesionales que son en la forma cómo han manejado la planta.
Para conocer más de su visión como emprendedor, presentamos un extracto de las palabras que pronunció al recibir el premio “Empresario del Año” entregado por El Mercurio y Ernst & Young en 2015.
- “Este es un premio para toda mi familia (…) También merecen mi especial reconocimiento las personas que trabajan con nosotros, desde los altos ejecutivos hasta el más modesto de nuestros trabajadores.”
- “Debemos recuperar ese amor por el trabajo bien hecho. Y siento que aquí tenemos una
deuda. Me preocupa la respuesta fácil, la abundancia de recetas, la falta de innovación, el temor al sacrificio. Me inquieta también la poca sobriedad y sencillez, la falta de humildad, o la creencia de que el éxito en este oficio empresarial nos habilita para mirar con desdén a quienes no han tenido la misma suerte.” - “Es urgente recuperar el diálogo, la capacidad de escuchar, de entender que podemos construir desde nuestras diferencias, reconociendo los aportes de los otros y pensando a este país de la misma forma en que siempre hemos pensado a nuestra empresa: como una gran familia. Pero para eso, más que palabras, se requieren ahora hechos y acciones. A eso los invito.”
Entrevista completa en revista Punto Norte. (Click en la imagen de la entrevista)